La primera persona en cuidar su salud bucodental debe ser la madre. Y es que, según indican algunos estudios genéticos, las caries aparecen con más frecuenta en niños cuya madre haya padecido de esta afección. Además, las madres deben evitar acciones que faciliten la transmisión de la infección como chupar el chupete del bebé o su cuchara.
Será necesario que se cepillen los dientes una o dos veces al día, previniendo de esta manera las caries y fortaleciendo la dentadura. Antes del primer año, basta con limpiar los dientes con una pequeña gasa.
Es importante evitar que los niños se queden dormidos mientras succionan el biberón de leche. Y es que, el azúcar podría quedarse adherido por un periodo prolongado, eliminando así el esmalte dental.
Además, deben controlarse los alimentos que consumen los niños, evitando que coman grandes cantidades de azúcar -presente en refrescos y golosinas- y, en caso de consumirlos, tienen que cepillarse lo dientes de inmediato. Es aconsejable que ingieran alimentos crudos y ricos en fibra como zanahoria, manzana y pan integral.
Son más propensos a tener caries los niños que presentan fisuras o depresiones en los molares. En este caso, es conveniente aplicar una fina capa de resina que impida que las bacterias lleguen a las grietas de difícil acceso de las muelas.
Por último es muy aconsejable visitar regularmente al dentista infantil para evitar enfermedades y tratar los factores que las ocasionen. A los cuatro años es cuando se debe llevar al niño por primera vez al odontopediatra, a excepción de que presente con anterioridad alguna irregularidad.