Un buen dentista es un profesional de la salud que tiene como objetivo proteger a sus pacientes, promover la confianza hacia su profesión y aplicar las normas en materia de salud.
El dentista cualificado es el que contribuye a elevar los estándares de calidad en la atención dental, se preocupa por educar al paciente sobre el cuidado de su boca, de su cuerpo y de su mente, a la vez que se mantiene siempre actualizado en sus conocimientos.
En cuanto su conducta, siempre debería:
1.- Tendrá respeto a los intereses de los pacientes, su dignidad, y tratará de proteger sus decisiones.
2.- Respetará la confidencialidad de la información que reciba de los pacientes y cooperará con otros profesionales de la salud para atenderlo de forma integral.
3.- Trabajará dentro del marco de sus capacidades y habilidades físicas, y siempre tendrá presente una segunda opinión para lograr mejores resultados.
4.- Llevará un expediente clínico completo y notas de la evolución clínica a las que pueda acceder el mismo paciente para tratamientos subsecuentes.
5.- Respetará el derecho del paciente a quejarse de resultados no esperados y planteará con amabilidad y paciencia el seguimiento por otros colegas.
6.- Se mantendrá al corriente de su propio esquema de vacunación para protección personal y de sus propios pacientes.
7.- Tratará al paciente y a sus familiares con respeto y amabilidad y le dará un trato individual, sin discriminaciones por origen étnico o grupo religioso.
8.- Escuchará a sus pacientes y les dará toda la información que sea necesaria para que se puedan tomar decisiones correctas por ambos en lo referente a riesgos, costos y beneficios de los tratamientos;
9.- Cooperará con sus colegas en forma amable y sin discriminación alguna, con el fin de velar por la seguridad y por los mejores resultados del tratamiento odontológico.